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El Curpillos: la fiesta más tradicional

 Desde hace más de ocho siglos el Real Monasterio de las Huelgas ve pasear ante sí el pendón que Alfonso VIII se trajo tras derrotar a los árabes. Ahora se ha convertido en una fiesta de Interés Turístico Regional que se celebra el próximo 15 de junio, viernes siguiente al Corpus Christi.

La Fiesta del Curpillos es una de las celebraciones más tradicionales de la ciudad. Su origen cuenta ya con más de ocho siglos. Según cuenta la historia, la tradición se enmarca dentro de la Batalla de las Navas de Tolosa, la acción bélica más importante de la Reconquista (1212).
En esta batalla, el rey Alfonso VIII derrotó definitivamente a los árabes y según cuentan las crónicas históricas, el rey también conquistó el pendón que colgaba a la entrada de la tienda del jefe moro Miramamolín. El rey, que tenía una estrecha relación con la ciudad de Burgos, decidió agradecer a Dios el éxito de la batalla en el Real Monasterio de las Huelgas exhibiendo y paseando el pendón acompañando a la procesión del Santísimo.
Fue en ese momento cuando los burgaleses comenzaron a celebrar esta cita anual, que quedó fijada para el viernes siguiente al Día del Corpus Christi. Desde entonces, autoridades militares, laicas y religiosas, así como los gigantillos, gigantones y danzantes, pasean ante el pendón para rendirle homenaje.
Después del desfile ante el trofeo de Alfonso VIII, la fiesta se completa con una multitudinaria jira campestre en el parque de El Parral, el más antiguo de los parques de Burgos, situado entre el Monasterio de las Huelgas y el Hospital del Rey.
Con los años, la fuerza de la tradición obligó al Ayuntamiento a declarar el Curpillos, en 1953, media jornada festiva y después que el día fuera entero festivo.
Hoy sigue congregando a multitud de burgaleses que rinden homenaje al trofeo de Alfonso VIII. Se celebra una misa, una procesión y bailes típicos, seguidos por la romería del Parral y la jira campestre.

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